Su situación, para su desgracia, es bastante crítica aún. Es cierto que hoy, para alegría y fortuna de muchos griegos, los bancos han abierto tras 21 días de cierre (han podido abrir gracias al incremento en 900 millones de la línea de emergencia del Banco Central Europeo), aunque el corralito se mantiene: solo se pueden sacar 60 euros tanto por persona como por cuenta al día (ahora acumulables hasta 420 euros por semana). Es cierto que la apertura de los bancos ha aportado algo de normalidad al país, pero eso no significa que su caída libre económica haya cesado: tiene pérdidas estimadas de unos 3.000 millones de euros, entre 1.800 millones de importaciones paralizadas y alrededor de 600 millones en el pequeño y mediano comercio, que ha visto disminuir en un 70% su volumen de negocio pese al inicio, esta semana, del periodo de rebajas. Además, la Cámara de Comercio e Industria ha calculado que en este periodo ha quedado en suspenso un total de 6.000 millones de euros en transacciones comerciales, con 4.500 contenedores de materias primas y manufracturas retenidos en las aduanas.
Si a nosotros, viéndolo desde fuera, nos parece una situación terrible, no es necesaria mucha imaginación para saber como estarán los habitantes de este desastroso país. Estarán afixiados y cansados, se sentirán engañados y perdidos, puesto que han sido estafados por sus dirigentes, esas personas que decían que no pagarían lo que debían, que Europa se rendiría a sus pies, cuando ahora son ellos los que se arrastran ante ella con la pretensión de conseguir algo de dinero con el que pagar a los pensionistas o a los funcionarios.
Grecia estaba en crisis, se gastaba demasiado en defensa, en funcionarios (un coche oficial tenía hasta 10 conductores), afixiaba a los más humildes...todo ello son verdades, pero el nuevo gobierno, en vez de zanjar todos esos problemas, ha hecho una gran demagogia prometiendo a los griegos lo que nunca les podría dar (como se ha dicho anteriormente) y ni siquiera el presidente (Tsipras) tiene la decencia de rectificar, de admitir que se ha equivocado, sino que echa la culpa de todo a Europa ¿Cómo alguién va a ser un buen líder si no admite sus errores o si engaña a su gente para llegar al poder?
Yo no se como acabarán Grecia o los griegos, si conseguirán salir de ese agujero tan hondo en el que se han metido o se seguirán consumiendo, lo que si se es que Grecia, cumbre de la filosofía clásica, ha caído en un sistema calificado como el peor de todos por los dos grandes del pensamiento clásico (Platón y Aristóteles): la demagogia. No se que dirían estos dos filósofos si viesen el estado de su país natal, pero estoy segura de que no les gustaría demasiado.
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