Muchos podréis pensar que será aburrido, otros quizás no hayáis pensado en nada, aunque a lo que si le estaréis dando vueltas en la cabeza es a que "elemento" me estoy refiriendo. Ha habido tantas cosas importantes en la historia y tantos inventos que nos han cautivado: el fuego, la rueda, el teléfono, el coche...de todos conocemos su origen o al inventor, no obstante, seguramente desconozcáis esos datos de este objeto. Estoy hablando del origen de las cartas que tanto se usan en los juegos de los casinos (la baraja francesa) y que existen en diversos países (como la baraja española en España).
Lo primero que hay que mencionar es que hay muchas teorías del origen de las cartas y de como llegaron a Europa. La más creíble cuenta que fueron los árabes quienes introdujeron las cartas en Europa en el siglo XIV a través de España e Italia. Sin embargo, las primeras barajas aparecieron en España y en Francia. Cervantes, por ejemplo, se refiere a la baraja como "el desencuadernado".
Aunque fueron dos países los dueños de las primeras barajas, fueron los franceses quienes condujeron su desarrollo. Se cree que en su origen eran barajas del Tarot, constituidas de 56 cartas de los Arcanos menores y 22 de los Arcanos mayores. Es de esta baraja de donde salieron las que todos conocemos actualmente, la prueba de ello es muy clara.
Las cartas del Tarot tienen diversas interpretaciones, todas ellas conectadas con la relación, distorsionada por el tiempo, entre el cosmos y el destino del hombre. Los colores de la baraja negro y rojo son la simbología del principio de la dualidad de la vida, es decir, día y noche, bueno y malo. Las cartas de figura y las de puntos, en cambio, representan las jerarquías en las que se basaba la organización de toda comunidad, primitiva o civilizada. Los cuatro palos son la representación de las cuatro estaciones, las trece cartas de un palo las trece lunas del ciclo anual, las doce cartas de figura los doce meses del calendario gregoriano (1582), las 52 cartas las semanas de un año, la suma de los valores de todas las cartas los 365 días del año (364 más el comodín). Esta simbología se puede aplicar a cualquier baraja, sea francesa, sea española (yo os menciono la más común y la de mi tierra, pero todas comparten esa propiedad, podéis comprobarlo), prueba de que todas tienen un origen común.
Puede que ahora os preguntéis ¿Y como acabó la baraja española teniendo unos símbolos y la francesa otros? En el siglo XIV los palos representaban los cuatro principios que regían la sociedad. Los españoles representaron la capital con el oro, la iglesia con las copas, la nobleza con las espadas y el poder político con los bastos. Los franceses, en cambio, decidieron representar estos principios de una manera más simbólica aún: coeur (corazones), carreau (diamantes, rombos), pique (picas) y trèfle (tréboles).
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